miércoles, marzo 19, 2008

El mundo no se acabo...

Despues de la tormenta...


Solo se desmadro un poquito.

Pues ayer por la tarde arrecio el viento, recien llegando a la oficina, mi compañero el LocoJon me pregunta que si siento que se mueve el edificio. Esten ustedes informados, que, la oficina esta ubicada en el piso 23 del mismisimo edificio Latino, ese que salio en las noticias que estaba quedando sin ventanas. Bueno, de inicio no senti el movimiento al que se referia el LocoJon, pero luego sentado.. ya se sentia el vaiven. P-E-D-O-S.
Comenzamos a desconectar equipos y ponerlos en un lugar mas seguro, luego ponerle cinta a las ventanas, para aminorar el impacto, cuando hacia esto, chingas que me toco ver como cayeron pedazos de ventana de arriba, justo un par de pisos encima de nosotros, vimos pasar un par de veces vidrios. Amonoooooos.
Saliendo de la oficina, que ya no funcionaban los elevadores, escaleras del mal! mientras bajaba me avente el reporte al alto mando, ya no pensabamos regresar.

Luego ya abajo que nos avisan de la evacuacion del edificio, cual vil refrito de accion/destruccion la puerta principal clausurada, la calle de enfrente cerrada.
A salir por detras.

En el camino al depa, solo veo caos y desolacion. Semaforos sin funcionar, weyes desorientados, muy pocos carros circulando. Nonono, me sentia en peli de desastres.
Llegando al depa no habia energia electrica, asi que la tarde libre estaria destinada a dormir y dormir.
jaja.

Despues de todo, he tenido unas semanas muy canijas en las que casi no descanzo, asi que gracias al connato de apocalipsis, pude descanzar.

Y ya salio el solecito, ya mañana hay que salir de rocanrol a gastar dolares.



rock on!

2 comentarios:

Jorge Cavazos dijo...

"Conato de Apocalipsis."
Rocker!

Rafael Nieto dijo...

Aún tiene sus oficinas la Enciclopedia Británica ahí? Hace varios años (tantos como 25)pasaba los dias en el Edificio Latino junto con mi papá quien trabajaba para esa organización en aquel entonces.

No recuerdo bien que piso era 22, 23 o 24.

Afortunadamente sobrevivimos a la experiencia con relativa cordura.